Keith Haring

extret de www.clubbingspain.com

La exposición “Keith Haring. Obra completa sobre papel” se presenta en la Fundación Canal de la capital de España como el repaso más completo del artista en nuestro país con más de 200 obras exhibidas en la galería madrileña. No hacen falta muchas excusas para visitar estas Navidades esta atractiva panorámica comisariada por Klaus Littman en la que quedan representadas todas y cada una de las técnicas cultivadas por el artista de Pensilvania; litografía, serigrafía, impresiones en relieve y los grabados de agua fuerte., paradójicamente, no necesitó en su génesis ni de museos ni de galerías. Haring utilizó la calle y el metro como superficie pública a través de la que mostrar las obsesiones y, por tanto, peligros que acechaban a la vuelta del siglo XXI: la fuerza bruta contra las minorías y el poder del dinero –tal vez como expresiones de la misma neurosis capitalista-, la irracionalidad a la que nos expone el sexo que es inicio de todas las cosas y sobretodo la presencia omnipresente de la muerte que es el final de todas ellas. Se dice de la sociedad moderna que ha perdido la fe en el valor expresivo y curativo de los símbolos, se ahonda en que ya no tiene sentido esa relación significativa en la psique de nuestros ancestros………..

La exposición “Keith Haring. Obra completa sobre papel” se presenta en la Fundación Canal de la capital de España como el repaso más completo del artista en nuestro país con más de 200 obras exhibidas en la galería madrileña. No hacen falta muchas excusas para visitar estas Navidades esta atractiva panorámica comisariada por Klaus Littman en la que quedan representadas todas y cada una de las técnicas cultivadas por el artista de Pensilvania; litografía, serigrafía, impresiones en relieve y los grabados de agua fuerte. Formas de expresión que cultivó antes de morir el 16 de febrero de 1990 por ese castigo divino que acabó rasgando un continente expresivo por su lado más débil, con la misma facilidad con la que se rompe el papel que utilizaba para desarrollar una obra que, paradójicamente, no necesitó en su génesis ni de museos ni de galerías. Haring utilizó la calle y el metro como superficie pública a través de la que mostrar las obsesiones y, por tanto, peligros que acechaban a la vuelta del siglo XXI: la fuerza bruta contra las minorías y el poder del dinero –tal vez como expresiones de la misma neurosis capitalista-, la irracionalidad a la que nos expone el sexo que es inicio de todas las cosas y sobretodo la presencia omnipresente de la muerte que es el final de todas ellas. Se dice de la sociedad moderna que ha perdido la fe en el valor expresivo y curativo de los símbolos, se ahonda en que ya no tiene sentido esa relación significativa en la psique de nuestros ancestros a la que hemos ido acorralando con nuestra racionalidad descreída. Los miedos mejor reducirlos a la mínima expresión para hacerlos nuestros y por ende comprensibles para todos que es como uno mejor se libra de ellos, parecen decirnos cada una de las obritas en apariencia inocentes de este prolífico creador. Iconos recurrentes en la vida moderna que adoptaban una apariencia pop, sencilla e infantil – “Los niños son portadores de la vida en su forma más simple y alegre” – representados en un bebé que irradia energía, su firma más conocida ya fuera estampada en un flyer prehistórico o en una de las múltiples camisetas que vendía en su “Pop shop” con las que se ganó injusta fama de oportunista y en las que también se recurría a esos perros de perspectiva imposible que siguen ladrando fidelidad y que, tal y como comenta un padre a su hijo pequeño por los pasillos, parecen precursores de aquel COBI que pintó Mariscal para vender Barcelona al mundo.

“Y donde más contradicciones hay, más vivo está”.
Dicen que cuando el artista intentó entrar en la discoteca Ars Studio de Barcelona el portero de turno le impidió el paso que se fue raudo hacia el Dj para preguntarle si conocía a un tal Keith Haring. Por entonces pinchaba César de Melero, promotor del movimiento house en la ciudad condal y desde siempre un enamorado de la obra del americano que, como tal, no podía creerse de primeras la presencia de tan ilustre visitante. “Al día siguiente fuimos a verle pintar un mural armados con un frisbee. Agradecido por haberle ayudado a entrar en el club accedió a firmarme el souvenir que me había comprado en Francia pero me advirtió que era una copia ilegal así que escribió en inglés:”Este disco es falso, la firma es buena” rubricando la frase con unos monigotes de los suyos. Por lo general, era bastante reservado, pero sobretodo parecía un ser muy correcto”, recuerda César de esos días. Además de ese recuerdo, existe una grabación en formato Súper 8 de dos horas en casa de su hermano, el también Dj Chito de Melero, en la que se ve a Haring completando un graffiti en la antigua plaza de Plaza Salvador Seguí, entre Sant Pau y la calle d’en Robador, muy cerca de la ahora algo más adecentada Rambla del Raval . “El mural que tituló significativamente ‘Together We Can Stop Aids‘ se lo llevaron al MACBA, pero la otra prueba del paso del artista en Barcelona quedó plasmada en un dibujo de un niño con cara de flor detrás de la cabina del antiguo Ars Studio que después de su cierre se convirtió en una sala de billares. Dios quiera que los nuevos dueños la hayan conservado”, explica Chito. Corría el mes de febrero del año 89 cuando Barcelona aún no había celebrado sus JJ.OO. y tal vez por eso no importaban demasiado las miserias al aire de su barrio chino que tanto atrajeron a un Haring que como todos los artistas obstinadamente sinceros se interesaba constantemente por lo marginal. Eran aquellos tiempos agoreros que ahora parecen volver sobre nuestras cabezas, en los que el azote del SIDA empezaba a ser más que un temor apuntado en los medios de comunicación. Algo así como la anunciación del Apocalipsis que trazó a medias con los textos de su admirado Williams Burroughs en “Apocalypse” (1988) para ponerle conciencia al final de una etapa rubricada con el cierre un año antes de un edén de nombre Paradise Garage donde Haring contó con amigos como el Dj Larry Levan con el que compartió una condena que los arrastró a una furia creativa a partir de la cual rubricar sus turbulentas vidas. Otro habitual del local del Soho, el reputado pinchadiscos neoyorquino Junior Vasquez dijo una vez de su amigo que era producto del sentir de la calle como las cuatro paredes de un Paradise Garage que en su misión de tótem sagrado acogía a los marginados de la sociedad. “La energía, la energía sexual, es quizá el impulso más fuerte que siento. ¿Más fuerte que el arte?”, se preguntaba él mismo en “Los diarios de Keith Haring” publicados en España por Galaxia Gutenberg. Esa fuerza que nos ata a la vida pero que a él y a otros muchos sentenció desde muy jóvenes tal y como podemos comprobar en esa denuncia “Silencio=muerte” (1989) con la que Haring se empezaba a despedir de este mundo comparando a ese desconocido virus con un demonio que tan pronto adoptaba la forma de goma atada al brazo del toxicómano como la de la maquinaria bien engrasada de los ‘mass media’ representados en las distintas etapas del calvario de su obra más truculenta, “Blueprint Drawings” (1990). Siempre moviéndose en la cuerda floja entre el miedo y el pudor, el sexo y la inocencia de un artista que más vital se mostraba cuanto más contradictorio aparecía ante nuestros ojos. Uno se muestra al mundo tal y como es cuando acepta su mortalidad y Haring descubrió la suya para ayudarnos en ese penar que es la vida una vez dejamos de ser niños.

Más de 20.000 personas han pasado ya por la exposición “Keith Haring. Obra completa sobre papel” que se podrá visitar hasta el 8 de enero.

Desde el 11 de octubre en Fundación Canal. (Mateo Murria, 2 (junto a Plaza Castilla). Entrada libre.
Lunes a sábados: 11 a 20h.
Domingos y festivos: 11 a 15h.
Horario extraordinario de Navidad:
Sábado 24 y 31 de diciembre y viernes 6 de enero de 11 a 15h
Domingo 25 de diciembre y 1 de enero, cerrado.

Texto: David Puente 

3 Replies to “Keith Haring”

  1. Voldria contactar amb David melero.

    Es tracta de l’article que ha escrit sobre keith Haring a Barcelona.

    M’interessa saber més informació d’aquest tema.

    Eduard

  2. Perdó m’ha confós vull dir que he de contactar amb David Puente que escriu sobre Melero

    Eduard Vives

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