Muere un motociclista por congelación en plena A7
Después de fallecer siguió circulando durante 70 km. a unos 180 km/h
LVD – 08.25 horas – 09/01/2003
Barcelona. (EFE).- La ola de frío empieza a hacerse notar en el norte del
país y se ha cobrado ya la primera víctima morta, en este caso de una forma
totalmente inaudita que prueba, una vez más, que la realidad siempre supera
la ficción.
Durante esta pasada noche, sobre las 4:47 y a la altura del peaje de la A7
en Pineda, una motocicleta de gran cilindrada rebasó la barrera sin pagar
aprovechando que un automóvil acababa de pagar y tenía vía libre: “pensé que
estaba loco: me debió adelantar a más de 160 y, además, en el poquísimo
espacio que hay para pasar el peaje, entre el cajero de las tarjetas y mi
coche, ya que yo justo estaba pasando la barrera” afirma María N.O., a quién
fue tomada declaración de los hechos posteriormente en la comisaría de
Mataró.
Pedro L.O., que así fue identificado el motociclista, hacía habitualmente la
ruta Girona-Barcelona para una conocida empresa multinacional de mensajería
contratada por una entidad bancaria a la que hacía el servicio de valija
urgente, lo que explica lo infrecuente del horario de trabajo.
Una patrulla de carretera de los Mossos d’Esquadra, que se encontraba en
esos momentos en el peaje, decidió dar caza al motociclista, no tanto por el
impago de la tasa, sino por la imprudencia temeraria que suponía su modo de
conducción. La persecución sucedió a más de 170 km/h y durante unos 30
kilómetros, durante los cuales los agentes del orden increparon a Pedro L.O.
y le dieron repetidamente el alto ordenándole que depusiera su actitud y se
entregase a la justicia.
Fue entonces cuando, al ver que el motociclista no hacía caso de la policía
autonómica pero tampoco efectuaba ningún tipo de maniobra para liberarse de
su acoso, los agentes sospecharon que alguna cosa extraña sucedía. Con
extrema habilidad lograron ponerse a la par y, con ciertas dificultades por
la resistencia opuesta, soltar la mano de Pedro L.O. del acelerador de su
vehículo, con lo que en pocos metros perdió velocidad y se vino al suelo.
Cuál fue la sopresa de la patrulla cuando, al acercarse al cuerpo caído de
Pedro L.O. para detenerlo éste era ya cadáver y mostraba claros síntomas de
rigor mortis.
El análisis del forense no deja ninguna duda, a pesar de la presencia de
fracturas y contusiones, que la única causa posible de la muerte fue la
necrosis hipotérmica de varios órganos, es decir, la congelación. La hora
del deceso, aunque difícil de calcular, se sitúa alrededor de las 4:30, con
lo que Pedro L.O. habría estado circulando clínicamente muerto poco menos de
media hora durante la cuál recorrió más de 70 km. a cerca de 180 km/h de
velocidad.
Pedro L.O., natural de Barcelona, será incinerado esta tarde en el
crematorio de Collserola.