Comunicat Pro-Afters 15 desembre del 2004

Los afters son para disfrutar Los afters se abren de nuevo. Parece que la cuestión se va encauzando en la dirección que pedía la plataforma en su manifiesto inicial. Un poco de historia de los acontecimientos vividos…..

El 1 de Octubre Interior procedía a la clausura de los tres principales afters de Viladecans. El anterior fin de semana, en dichos locales se habían producido once casos de intoxicación que requirieron de los servicios de urgencias. Ante estos acontecimientos se abre un debate en diferentes foros, pues se tiene la sensación de que esos casos de sobredosificación, con todo lo preocupantes que puedan ser, se han utilizado como excusa para la clausura. Y es que en las dos últimas décadas los afters han ido ganando clientela hasta consolidarse como espacios de ocio masivo. Ahora sabemos que la decisión del cierre de los afters ya había sido adoptada por la administración catalana antes de esos episodios de intoxicaciones. La Generalitat, con esta acción, pretendía impulsar un diálogo con el gremio de las discotecas diurnas. Y lo consiguió, pues como reacción a los cierres, los empresarios del sector se pusieron en contacto con la administración. Pero en el revuelo formado por tan contundente decisión de la Generalitat, apareció una figura inesperada: la plataforma pro-afters que se erigió en representación informal de los usuarios de estos locales diurnos. Resultó que en diversos debates en los foros, especialmente en el de Partyislife, algunos clientes de salas de fiestas diurnas decidieron hacer oír su voz, y espontáneamente organizaron una concentración y editaron un manifiesto en defensa de sus derechos constitucionales de reunión y expresión, derechos que habían sido vulnerados con el cierre de estos locales. Y puesto que la prensa señalaba como causa inmediata de las clausuras las sobredosis registradas en dichos locales, en el manifiesto se solicitaba también la implicación de las instituciones en la salvaguarda de la salud de los usuarios, facilitando información para la reducción de riesgos y la disponibilidad de servicios saneados. Así este grupo de clientes que comparten el mismo gusto por la fiesta diurna, decidieron convocar una concentración en la plaza Universidad el 1 de Noviembre. Y la concentración se celebró finalmente bajo una lluvia torrencial, en la mañana más desapacible del otoño. Aunque con poca asistencia dadas las condiciones climáticas, tuvo gran impacto mediático. Y la plataforma siguió trabajando en la medida de sus posibilidades, dadas sus características como asociación de voluntarios. Se activaron los contactos con empresarios de Fritz, Matinee y Madness. En un programa de TV3 coincidieron los miembros de la plataforma con empresarios, o sus representantes, y con el responsable de la Generalitat del departamento de juegos y espectáculos de la Consellería d’Interior, el socialista Xavier Guitart. Fruto de aquel encuentro se organizó una cena con algunos empresarios y se concretó una reunión con el representante de la Generalitat. La cena fue cordial y fructífera en el sentido de confirmar intereses comunes entre empresarios y clientes. El interés básico, como no podía ser de otro modo, era la reapertura de los afters en las mejores condiciones para todos, preferiblemente en un marco legal regulador. Pero faltaba el contacto de la plataforma con la Generalitat y finalmente la reunión se produjo el pasado jueves 9 de Diciembre. De nuevo se pusieron de manifiesto los intereses comunes entre las partes, clientes y administración. En esta reunión el representante de la administración agradeció la implicación de los usuarios a través de la plataforma, y les solicitó consejo con el fin de determinar unos estándares de calidad mínimos, que debieran exigirse a estos locales. Así es que la asociación pro-afters, que lo único que obtiene de todo esto es la defensa del derecho al ocio diurno en esos locales, se consolida como nexo de unión entre empresarios y administración. Los responsables institucionales de regular los afters saben de antemano que el tema es peliagudo. El mismo nombre de este tipo de locales, afterhours “después de horas” revela que se apartan de la norma. Y ante la realidad de una demanda creciente y bien consolidada de este tipo de locales, normalizarlos se hace tan necesario como políticamente arriesgado. En este sentido la asociación pro-afters manifiesta su disponibilidad para facilitar la regulación que el gobierno de la Generalitat ha emprendido, representando y defendiendo los intereses de los clientes, y a la vez entendiendo y aceptando los legítimos intereses empresariales del sector que provee estos servicios. Se trata de facilitar el consenso, entendiendo y atendiendo a las necesidades de seguridad de cada una de las partes implicadas en la negociación: (1) El gobierno de la Generalitat asume un riesgo político, pues estos locales no son populares entre la población general. En esta época de cambio acelerado, todavía hay padres que desearían que las instituciones adoptaran medidas disciplinarias, entre otras, el recorte de la oferta de ocio de sus hijos. A pesar de que los usuarios de los afters tienen una edad media superior a la reconocida como mayoría de edad (dieciocho años), la opinión pública sigue calificando a dichos clientes como “jóvenes”, término ambiguo que en el imaginario colectivo incluye a adolescentes menores de edad. (2) Los empresarios están dispuestos a apoyar una normativa que garantice la libre competencia, la calidad del servicio y el respeto al entorno. Pero obviamente, quieren salvaguardar su tasa de beneficios. (3) Los clientes solicitan espacios seguros, bien acondicionados, con información para la reducción de riesgos, y todo ello a precios razonables, lo que se resume con el término de un servicio de “calidad”. El punto común para las tres partes se resume en el término calidad. Y los clientes ¿Que podemos ofrecer para ayudar en estos objetivos de calidad? Evidentemente, los clientes podemos y debemos exigir calidad en el servicio, ahora y cuando los afters hayan sido regulados. Pero dada la circunstancia de una opinión pública poco entusiasta con este tipo de locales, los clientes debemos extremar las precauciones y exhibir un comportamiento de calidad. El cierre cautelar fue provocado por una serie de incidencias sanitarias que afortunadamente se resolvieron bien, pero que causaron alarma social. Para que el proceso regulador no se detenga, y para que transcurra de la manera más fluida posible, por la vía de la negociación y no del conflicto, la Generalitat necesita de nuestro apoyo, empezando por evitar alimentar el sensacionalismo de los medios de comunicación con nuevos episodios de urgencias. No se trata de pedir imposibles, está claro que en discotecas en las que se reúnen miles de personas para divertirse, independientemente de que sean diurnas o nocturnas, se consume alcohol y probablemente otras sustancias, y es inevitable que se produzca algún episodio de intoxicación que requiera cuidados médicos. Pero si permanecemos vigilantes es factible que sean pocos y esporádicos. Podemos contribuir a romper la asociación entre afters y emergencias sanitarias. Se trata de que cuando los medios informen sobre este tema, si tienen que hacerlo, sea por otras razones más felices. Vale la pena aumentar las precauciones para evitar sobredosificaciones, con especial cuidado en combinaciones peligrosas del tipo alcohol y éxtasis líquido. Recordar que los comas previos al cierre se produjeron con éxtasis líquido adulterado con un depresor del sistema nervioso todavía más peligroso que el propio GHB, la metadona. Así es que ahora las precauciones para evitar peligrosos excesos son más necesarias que nunca. Se trata de salvaguardar nuestra salud y de evitar la alarma social, que de producirse, dificultaría el entendimiento entre las partes. Ahora, con la promesa de la regulación, la aparición de nuevos afters y la reapertura de los grandes locales de Viladecans, los clientes podemos contribuir al clima de diálogo cumpliendo una premisa sencilla: que sepamos disfrutar de los afters. Dicho de otro modo, que no los suframos. Los que no sepan utilizar las salas de fiestas diurnas o nocturnas, tanto da, sin lastimarse a si mismos, quizás es que no se las merecen. Que todo salga bien también depende de nosotros.